“HE HECHO MI CARRERA A PESAR DE MI CARA” (De cómo Elvis Costello marcó el (00) 511 4455723 y habló con la redacción de Dedomedio)
En los setenta, cuando la onda punk azotaba las calles londinenses, un tipo que podría haber sido el antepasado de Poindexter o McLovin se presentó en sociedad. Declan Patrick MacManus tomó prestado el apellido italiano de su bisabuela y el nombre del rey del rock, cogió una guitarra Fender Jazzmaster e hizo de Less than zero, junto con su banda The Attractions, un éxito de jazz, blues, reggae, soul, pop, western, country y folk. Adoptó el perfil de diccionario musical y descaro lingüístico, y como prueba puso una seria advertencia en la tapa: “Peligro: este álbum contiene música country y western; y podría causar una reacción radical en los oyentes intolerantes”. Elvis Costello, el hijo de un padre trompetista/cantante y una madre encargada de una tienda de discos, el hombre de voz fría que quería tener una banda llamada The mothertruckers, hoy se codea con Paul McCartney, se acuesta a diario con la diva del jazz, Diana Krall, y guarda una colección de guitarras junto a sus 37 álbumes de estudio. Si no lo ubicas, digamos que fue quien te hizo moquear en la película Un lugar llamado Notting Hill con el tema She; o repensar la dieta veraniega con Beautiful, el inmejorable cover de la canción de Christina Aguilera, para la serie Dr. House.
Y si nada de lo anterior, o incluso el lanzamiento de su nuevo álbum, National ransom, te pareciese suficiente, el ser el conductor del mejor programa musical que ha podido parir la televisión, Spectacle: Elvis Costello with…, nos hizo pensar que era buena oportunidad para contactarlo.
Por: Milagro Urquieta Villanueva
¡GET HAPPY!
Dejamos el Facebook por unas horas y empezamos a chambear en serio (sí, también sabemos hacerlo). Las comisiones iban apareciendo en la pizarra. De pronto, alguien sugirió entrevistar a Elvis Costello (sí claro, ¿por qué no mejor a Madonna?). El cantautor británico acababa de lanzar un nuevo álbum. –“¿Viene a Lima?”, alguien preguntó. –“No, pero igual sería paja hablar con él”, dijo el Dedo Mayor. Anotado. Hice que nuestra cuenta telefónica ascienda unos dígitos. Llamadas a Nueva York, Nashville, Londres y Canadá, mensajes de voz a Steve Macklam y Sam Feldman, dueños de la agencia artística canadiense Macklam Feldman Management. Esperar una respuesta parecía tan ingenuo como pretender recibir un e-mail del propio Hugh Hefner. Pero tras semanas de intentos y gracias a la ayuda de Kandavu Producciones (promotores del concierto que diera Diana Krall –esposa de Costello– en Lima), el manager del tío del sombrero dio el visto bueno.
Tres días después, a la hora pactada, yo no conseguía hacer el contacto. Los nervios me hacían no acertarle al orden correcto de “código de operador + código internacional + …”. O tal vez marcaba un número más. O uno de menos, quién sabe. Un compadecido correo de Dave Levinson, manager de Costello, me pide el número de Dedomedio. Segundos después, una voz dice desde el frío Vancouver: “¿Me puedes escuchar?, soy Elvis”. Me atoro. Tomo aire y empiezo.
Solemos enaltecer demasiado a las grandes estrellas como tú. Pero, ¿cómo eres realmente detrás de los reflectores? ¿Qué es lo más común que has hecho en estos últimos días?
Soy una persona tan común como cualquier otra. No hay nada realmente excepcional en lo que hago. No tengo súper poderes (risas). Sólo hago mi trabajo. Trato de cuidar a mis hijos y proteger a mi familia, y bueno, ganarme la vida con lo que hago. No tengo deseos de ser tratado de una manera especial, a pesar de que algunas personas lo hagan sin que yo lo quiera.
¿Qué es lo que más odias del “show business”?
No me veo como parte de ese mundo. De vez en cuando voy a una que otra fiesta glamorosa, pero raramente. La mayoría de veces estoy viajando en avión o en bus yendo a un show, que puede ser en teatros lujosos o antiguos, en un campo, en un festival, o en un lugar donde chicas bailan can-can. Claro, yo no toco ahí cuando ellas bailan (risas), subo después. Y cuando llegas al estrado y la audiencia tiene una buena actitud, uno trata de dar un buen espectáculo, formar una conexión.
Dentro de esos conciertos, ¿cuál ha sido el fan más raro con el que te has topado?
¿Raro? ¿Alguien con dos cabezas? Ah, te refieres a un fan loco. No he tenido mucho ese tipo de problemas. He sido testigo de locuras algunas veces, pero no dejo que me molesten. A veces los fans tienden a idealizar al artista o hasta proyectar una relación imaginaria. Pero si las personas no se entrometen, no me importa. Lo que no me gusta, por ejemplo, es que quieran tomarles fotos a mis hijos o mi familia. Y sé que a veces esos no son fans, sino paparazzis.
Después de una carrera de más de 30 años, ¿te molesta cuando las personas se refieren a ti como “una leyenda de la música” o es simplemente halagador?
Me parece absurdo y muy extraño. Pero no puedo hacer nada al respecto. Todo lo que soy es un escritor que de alguna manera toca un instrumento. Creo que he sido afortunado. Disfruto mucho de lo que hago, incluso después de 33 años. No me imagino detenerme ahora. Estaría listo a creer que pronto exista una nueva forma de escuchar música, quizá en forma de pastilla o una inyección, algo que no se haya visto nunca.
KING OF AMERICA
Con un hijo encima, de su primera esposa, y muchos menos ceros en su cuenta de ahorros, componía líricas con onda rock, cuando el tiempo de ocio en Elizabeth Arden, la tienda de cosméticos en la que trabajaba, jugaba a su favor. “Me hablas con las manos y me sonríes con tus piernas. Paso todo mi tiempo en esta fábrica de vanidades, preguntándome cuándo van a venir para llevárselo todo”, formaría parte de la letra de I´m Not Angry, un single que, como muchos otros, fue parte de los demos que solía cantar, sin roche, a viva voz en casa disquera en la que se presentaba para así obtener una oportunidad.
Su formato de preferencia, confiesa, es el vinilo. Con la piratería en su contra, Costello se lanza a vender un disco doble, disponible de manera digital y en CD. En la portada de National ransom un lobo feroz empaca como suyo el dinero de los inversionistas. Con sonidos diversos y dos bandas que lo acompañan, The Sugarcanes y The Imposters, Costello nos adentra a un mundo cada vez más descompuesto en el que “todos nos dirigimos al mismo acantilado, en cámara lenta”.
La portada del álbum, como el anterior, es una ilustración de Tony Millionaire. ¿De dónde vino la idea del lobo huyendo con una maleta llena de dinero? Esa imagen pudo fácilmente ser ideada en Perú.
Hice que Tony escuchara las canciones y eso fue lo que él dibujó. Fuera de eso, no examino de dónde vienen las ideas ni cuestiono el porqué con tal de que lleguen. Es humor negro. Solo hace falta leer los titulares. Creo que en todo el mundo hay alguien que está escapándose con el dinero. Queremos siempre un poco más de lo que podemos pagar. Esto ha terminado en catástrofe para muchas personas, es muy serio porque puedes hasta perder tu casa.
¿Fue la crisis hipotecaria de Wall Street el incidente que marcó el origen del álbum?
Esto viene pasando desde hace un tiempo así que no hubo solo un incidente o una serie de incidentes que lo originaron. Algunas canciones, incluso, están ambientadas en el pasado cuando circunstancias similares ocurrieron.
¿Cómo es que esta crisis te afectó?
Nos afectó a todos. Afecta la noción del futuro para nuestros hijos. Definitivamente yo no voy a hacer un lamento de mis pérdidas que no se comparan en nada con las de otras personas. Creo que el negocio en el que estoy está cambiando rápidamente. El proceso de grabar álbumes es algo que quizá esté llegando a su final, pero el proceso de crear música es muy saludable. Si es tan lucrativo como lo era antes, eso no lo sé. Pero, bueno, no se puede juzgar solo teniendo en consideración el dinero, sino también el valor de tu trabajo, de la música, de las canciones que escribes.
En A voice in the dark –mi canción favorita–, ¿a quién pertenece ese susurro que viene a rescatarnos de la parte de “false Americas”?
Al final, quería que hubiera algo esperanzador y de eso se trata, una voz de un amante o de algo en lo que tú crees que evita que caigas en la desesperación. ¿Qué es lo que te gusta de esa canción? Cuéntame.
Me encanta el mensaje esperanzador (“cuando los mentirosos y matones conspiren para quitarnos la alegría… solo cree en esa voz de la oscuridad”) y claro, el ritmo.
A mí me encanta también. Trataba de terminar el álbum en una nota positiva, ya que gran parte de las canciones son algo tristes, como Stations of the cross y One bell ringing o historias melancólicas como Jimmy standing in the rain.
¿En qué se diferencia National ransom del álbum anterior?
Esta vez usé diferentes estilos musicales para contar las historias que quería en vez de ceñirme a uno solo: baladas, canciones de rock n’ roll, canciones más íntimas con, a veces, uno o dos instrumentos. Creo que terminamos por crear un disco muy rico, es un álbum doble, después de todo. Las personas pueden escucharlo no una sino hasta veinte veces, y sacar cosas nuevas cada vez.
En tu web, al final de las letras de cada canción, aludes a distintos lugares ¿Por qué estas referencias? ¿Es que debemos “sentirlas” de esa manera?
Creo que añade un factor de provocación a la imaginación. Pero tú puedes imaginar estas canciones como quieras. Yo solo tuve la idea de sugerir un lugar, y bueno, algunas de mis sugerencias son frívolas o engañosas, debo decirlo. Por ejemplo, “Two Arizona 1978” no tiene ningún significado (risas).
Debo confesarte que tuve que buscar algunas de las palabras de tus letras en el diccionario. ¿Pones palabras difíciles intencionalmente? ¿Es algún tipo de poesía divina?
Me gusta lo intrigante de una expresión como, por ejemplo, finger snip que es como decir pickpocket (carterista). Podemos usar el mismo lenguaje ordinario de todos los días o podemos ser más imaginativos, y yo prefiero ser lo último. Algunos tienen un modelo en el cerebro de cómo las canciones deben ser, y si no lo sigues se sienten ofendidos. Pero también habrá otros que apreciarán la novedad y que les gustará. Si quieres que una canción sea diferente, ¿por qué no escribir una tú mismo? Las personas siempre te dicen cómo debes hacer las cosas pero muy pocas pueden hacerlo. Yo tiendo a fiarme de mi instinto y tomo el riesgo.
¿Dentro de los 16 temas del álbum, cuál es tu consentido?
No creo que pueda “rankear” uno sobre otro. Depende de mí humor cuando los escucho, como cualquier oyente. A veces, me gusta el sonido melancólico de Jimmy standing in the rain, otras el sonido juguetón de A slow drag with Josephine, o el misterio de All these strangers; o me gusta A voice in the dark. La comedia de National ransom.
GOODBYE CRUEL WORLD
En su juventud, Elvis Costello tuvo un romance con la groupie y playmate Bebe Buell, madre de Liv Tyler y pareja ocasional de Mick Jagger, David Bowie, Marc Bolan y, como premio consuelo, Steven Tyler. Flirteo que lo inspiró a escribir temas poperos como Pump it up donde nos incitaba a masturbarnos. Elvis se divorció dos veces, estuvo en 15 disqueras, con varias copas de más y en uno de sus momentos más bajos llamó “ciego, negro e ignorante” a Ray Charles (quien al menos por ciego no se debería haber ofendido) y se convirtió en productor musical y conductor del programa de entrevistas y música en vivo Spectacle... Fue invitado especial en el 25 aniversario de Saturday Night Live, fue nominado al Oscar en 2004 por coescribir el tema Scarlet Tide, junto a su productor, T-Bone Burnett, para el film Cold mountain, escribió su mayor éxito en América, el tema Veronica, junto a Paul McCartney, se casó en la casa de Elton John con Diana Krall, escribió sobre la repugnancia de las guerras militares, el legado de Margaret Tatcher, la demencia senil, y de amores rotos, orgásmicos y complejos.
Quiero preguntarle de todo, pero la charla está a punto de terminar y no puedo estirar más el tiempo.
Acabas de llevarte a casa el premio Gemini al mejor programa de conversación canadiense por Spectacle: Elvis Costello with… (al aire desde el 2008, y donde el dinero recaudado se dirige a la lucha contra el sida en África). ¿Prefieres mantener la charla ligera o te gusta, a veces, ponerte un poco serio?
Me gustó el hecho de que los artistas que vinieran al show no iban a ser parte de una interrogación, pero tampoco era todo frívolo o superficial, ya que si querían hablar de temas serios o de otros artistas, podían hacerlo. Me siento afortunado. Hemos hecho veinte shows en total, no sé si haremos más pero si lo hacemos tienen que ser igual de buenos o mejores.
¿Cuál ha sido una de tus mejores entrevistas?
Disfruté mucho hablar con Herbie Hancock. Fue muy abierto y hablaba en una manera no peyorativa de música; la breve charla que tuve con Jessie Winchester, un compositor fabuloso; o los artistas grandes que estuvieron en el show como The Edge o The Jonas Brothers; o que Bono se haya dado el tiempo de venir, en medio de su gira, fue muy generoso. Bruce Springsteen, en especial, que hizo cuatro horas en el Apolo Theater. Hicimos dos episodios de esa conversación. Fue tremendamente generoso.
Conversando con Billy Corgan de Smashing Pumpkings le pedimos que nos cuente un chiste ¿Podrías hacer lo mismo?
Todos los chistes que sé no son para consumo familiar. Por eso no puedo contarte ninguno. Pero he hecho mi vida en los ámbitos musicales a pesar de mi cara. Sé cómo luzco, quizá pienses que debí ser comediante (risas).
Hace poco, tu esposa visitó Perú, ¿Qué comentarios te hizo sobre nuestro país?
Le encantó su estadía allá. Es más, yo he ido también. No toqué, pero visité Lima, fui solo como turista. Hace 30 años. Creo que comía carne en esos días, así que sí, era más aventurero. Recuerdo haber probado algunos tragos. Es algo que uno hace cuando viaja, ¿no?, visitar lugares y probar ciertas cosas típicas. Solo estuve por día y medio así que tampoco pude hacer mucho.
¿Tendremos el honor de tenerte aquí pronto?
Me encantaría, sí, es mi esperanza para el año nuevo. Llegar a visitar, como cantante, nuevos lugares. Siempre es bueno, en especial luego de 30 años. Si soy invitado, definitivamente iré. Ha sido un placer hablar contigo, pero debo llevar a mis hijos al colegio. De otra manera llegarán tarde. Gracias y adiós