viernes, 28 de agosto de 2009

Persiguiendo a un artista... la manera más fácil de ganar dinero



En mi carrera como periodista he tenido que cubrir unos cuantos eventos y pisar algunos pies para sacar una buena foto. La adrenalina te consume en ese momento - claro, si realmente te gusta esta profesión- eres capaz de saltar las barandas más altas de un concierto, todo por conseguir la 'primicia', por tener entre tus manos el material perfecto para redactar una gran nota. Te crees el dueño del mundo, refriegas tu carné de prensa a los mortales, dices: 'permiso, soy prensa... ¡muévete!, ¿no me ves? Alzas la mirada como si estuvieras en el asiento de tu entrevistado, tomas el micrófono... piensas tu pregunta y ... ¡Alto! - te grita tu conciencia. Sí, esta primera etapa nos sucede a todos. A los que comenzamos en esto. A los que salimos a la calle, al ruedo. A los que dejamos de leer 'Los cínicos no sirven para este oficio', para - en la práctica- comprobarlo.

... Entonces, vuelves a coger el micro, reformulas tu pregunta y la gritas, la dices... la escupes. Manifiestas una inquietud de interés público. Sí, lo sé. En el periodismo de espectáculo no hay notas de interés público, que se desnude o no Madonna no va a ser que vayas a la escuela mañana o no. En el espectáculo todo es divertimento. He aquí el dilema de siempre. Tomar esto como excusa para seguir siendo aquel muchacho (a) de 20 años, que iba a una conferencia de prensa para sentise importante, para conocer a su artista favorito, para preguntar babosadas. Para tirarse encima de ellos, para joder.

Esta sección 'Persiguiendo a un artista... la manera más fácil de ganar plata' no es puesta para molestar a todos mis colegas, no. Me encanta el espectáculo, me considero una futura reportera de espectáculos. No está mal preguntar si X artista sigue con X otro. Vamos, de eso se trata. El problema estar en no saber los límites. En preguntar simplemente por preguntar. En juzgar para conseguir una nota. En no saber cuando dejar tranquilo al artista y cuando no. El problema está en perseguirlos para conseguir una nota sin fondo.

Les respondo fácilmente, ¿cuál es el punto de perseguir a Britney Spears para saber qué clase de café va a tomar en Starbucks?, ¿para qué seguir a Marisol Aguirre toda una semana para preguntarle lo mismo?, ¿porqué preguntarle a Olga Tañón si le cantaría 'Muchacho Malo' al presidente? Sí, a eso voy. El periodismo de espectáculos NO es de interés público, pero no por eso vas a adjudicarte un micrófono y despotricar contra todos. Si eso fuera así, mejor se los damos a cualquiera ¿verdad?

M.U.V

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